Never a failure, always a lesson.


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lunes, 14 de febrero de 2011

Pasan las horas, rozando la locura
preso de mi poesía
Mucho altibajo, poca llanura
soy ladrón y policía
Caen las gotas, sin previo aviso
viniendo del mas allá
De un inconsciente, ya inmanejable
que no me deja vivir en paz...

De a poco oxidan, esta armadura
Difícil de abandonar
Tengo una cita conmigo
que no me animo a afrontar
Estoy tan lejos de mi
que no alcanzo a ver mi esencia.
Pobre de vos, hoja en llamas
te descargo mi paciencia...

En el juicio de los muertos frente a osiris
mi corazón rompería la balanza
Y sin embargo no consigo darme cuenta
que fantasma dará a luz mi desconfianza
Pero prometo, a mas nadie que a mi mismo
triunfar de nuevo en este juego apasionado

Y el día que ya no le tema a los abismos
Agradecer a quien estuvo siempre al lado..

No quiero cantar victoria
por describir lo que siento
En mi estado, tras la gloria
y el imperdible momento
Y a vos canción, de ira y esperanza
prometo no abandonarte
Yo también tengo un nudo en la panza
por no poder liberarte
pero, pero al menos por ahora
tu lugar es un cajón
porque es falta de respeto, cantarte sin emoción
Y este intruso que hay en mi, no te merece cantar
te merece alguien mas grande
capaz de inmortalizarte...

jueves, 3 de febrero de 2011

El miércoles a la mañana me tenia que encontrar con una compañera en la facultad para que me de unos libros que necesitaba. Cuando bajé de la estación vi que en una esquina había un chico ciego, esperando para cruzar y todas las personas que pasaban a su al rededor, lo ignoraban. Me indignó ver eso, todos haciendo de cuenta que él no estaba ahí, que perder 5 minutos en alguien así no vale la pena... Que lo haga otro, no?
Me acerqué y antes de hablarle, me saqué uno de los auriculares del mp3 para poder escucharlo bien, de todos modos no escucho la música alta, así que lo escuchaba perfectamente. Le dije: te puedo ayudar a cruzar? Asintió con la cabeza y lo tomé del brazo, mientras intentábamos cruzar le pregunté hacia donde iba para ayudarlo, pero sinceramente no entendí lo que dijo, no se podía interpretar bien lo que hablaba ya que no modulaba mucho. Le pregunte de nuevo pidiéndole disculpas porque no le había entendido, y entre todo lo que decía entendí algo que me dejó helada, incluso me hizo sentir mal conmigo misma: "Tenés los auriculares puestos no? Hay gente que no tiene la mínima delicadeza de ayudar a los otros". Me hizo poner la piel de gallina, de todos modos lo acompañé hasta tomar el tren y de ahí me volví hasta la facultad, con una sensación de culpa espantosa. Jamás me sentí con tanta culpa.