Voy pensando en que no hace ni un año y las cosas ya no son igual, las disculpas no cuesta aceptarlas, me cuesta saber perdonar. Y vuelvo a despertar, cansado de estar tan cansado de ser
me digo: “No hay mitad que sea tan mala como la que tenés”. Y olvido que traigo conmigo canciones y amigos... tu alma es ahora mi estrella, el dolor ya no hace mal.
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